2017(e)ko azaroaren 9(a)

Isaac Asimov sobre el impacto demográfico

La tecnología ha proporcionado a los seres humanos una enorme capacidad para transformar el medio que les rodea y obtener los productos que satisfagan sus necesidades. Sin embargo, también encierra peligros como el excesivo consumo de recursos y la acumulación de basuras, asociado al crecimiento exponencial de la población en el mundo.

Éstas fueron sus palabras:

Si la población terrestre continúa duplicando su número cada treinta y cinco años (como lo está haciendo ahora) cuando llegue el año 2.600 se habrá multiplicado por 100.000 (...) ¡La población alcanzará los 630.000.000.000! Nuestro planeta sólo nos ofrecerá espacio para mantenernos de pie, pues se dispondrá únicamente de 3 cm2 por persona en la superficie sólida, incluyendo Groenlandia y la Antártida. Es más, si la especie humana continúa multiplicándose al mismo ritmo, en el 3.550 la masa total de tejido humano será igual a la masa de la Tierra.

Evidentemente, la raza humana no puede crecer durante mucho tiempo al ritmo actual, prescindiendo de cuanto se haga respecto al suministro de alimentos, agua, minerales y energía. Y conste que no digo "no querrá", "no se atreverá" o "no deberá": digo lisa y llanamente "no puede".

Isaac Asimov, Introducción a la Ciencia, Basic Books, 1973

Afortunadamente lo augurado por Isaac Asimov no se está cumpliendo (por el momento). Las tendencias actuales permiten predecir que en el año 2050 habrá unos 9.000 millones de habitantes y en el 2100 habrá unos 10.000 millones de habitantes en el planeta. No obstante, la Tierra es finita y el crecimiento de la población no puede continuar indefinidamente. Para que el crecimiento se produzca se necesitan materiales y energía. Cuando estos materiales y energía se transforman producen calor y residuos. El crecimiento está limitado por la capacidad del planeta para proporcionar materiales y energía, y para absorber la contaminación que se genera cuando se utilizan.